Como sabes, la astrología es muy vasta y compleja y contiene distintas aproximaciones o capas interpretativas.
La Carta más habitual y conocida es La Carta Natal, que utiliza el Zodíaco tropical en occidente (y el zodíaco sideral en Oriente).
La Carta natal se elabora en base a los datos natales: fecha, lugar y hora de nacimiento, y nos permite entender la vida en la Tierra de una determinada persona, desde su psique, hasta su entorno, evolución y experiencias.
La Carta dracónica, por su parte, propone una aproximación menos mundana, mucho más elevada y sutil. Por ello, también se la conoce como “ Carta del Alma”.
Su denominación guarda relación con los Nodos de la Luna “Caput draconis”(Nodo Norte), y “Cauda Draconis” (Nodo Sur), cabeza de dragón y cola de dragón, respectivamente.
Los pueblos más antiguos creían que durante los eclipses, el Sol o la Luna eran momentáneamente devorados por la cabeza de un dragón y volvían a salir por la cola del dragón.
La Carta dracónica se basa en la información de los Nodos, y por ello se calcula desde donde tengamos el Nodo Norte de nuestra Carta. Ese punto será donde colocaremos el grado 0 de Aries de la Carta dracónica.
Los aspectos inter planetarios son los mismos, pero los planetas cambian de signo, dotando a la carta dracónica de una energía totalmente distinta a la Carta natal original.
Hoy en día casi todos los software astrológicos incluyen la opción de seleccionar el formato de Carta dracónica, por lo que es sencillo acceder a ella.
Lo interesante de esta Carta es que nos habla de nuestra capa más profunda, de lo que nuestra alma ha venido a aprender y desarrollar. Por ello, a la carta dracónica se la relaciona con la astrología kármica.
Arroja luz sobre nuestras motivaciones subconscientes que pueden provenir de patrones energéticos y sutiles previos a nuestro nacimiento (la época fetal, el transgeneracional, nuestras vidas pasadas, etc).
Podríamos decir que la Carta dracónica nos aporta información sobre el para qué estamos aquí, de qué manera nuestra alma quiere manifestarse, y de cuál es ese sello personal que nos hace únicos.
Un ejemplo sería una persona que tenga el Sol en Capricornio en la Carta natal y el Sol en Virgo en la dracónica. Entonces sabrá que su alma ha venido a desarrollar una labor de servicio y ayuda.
O alguien con ascendente en Libra pero con ascendente Escorpio de la Carta dracónica, sabrá que debajo de la apariencia amable y suave propia de su ascendente, se esconde una personalidad más compleja y profunda que ha venido a transformarse y a transformar.
Otra cuestión interesante es observar en qué signo está la Luna.
Si tenemos la Luna en Piscis y en la dracónica se halla en géminis, el vehículo que buscará el alma para encontrar la fusión y la profundidad piscianas será a través de dinámicas geminianas: la comunicación, el estudio y la palabra.
Por lo tanto, podemos decir que aunque la Carta natal ya es extremadamente completa y rica en significados, la Carta dracónica permite matizar nuestra Carta desde una perspectiva más sutil y espiritual, tendiendo puentes hacia nuestro inconsciente y a nuestras vidas pasadas.