Cuanta gente conoces que diga: “Pues oye, yo soy Aries y no me identifico para nada con las cosas que leo de este signo”.

Por favor, desconfía de lo que oigas o leas por ahí sobre tu signo solar, y, sobre todo, no creas que los horóscopos de las revistas son información astrológica válida, porque no lo son.

¿Por qué hay que desconfiar de nuestro signo solar?

Porque todas las personas nacidas entre el 21 de marzo y el 21 de abril son Aries y no pueden ser iguales. Es de cajón.

La información de nuestro signo solar no es muy relevante.

La astrología psicológica estudia la influencia de los 8 planetas del sistema solar, más el Sol, (que es una estrella), y la Luna, (que es el satélite de la Tierra).

Por lo tanto, el Sol representa como mucho el 20% de nuestra personalidad (el 10% que le tocaría por proporción de planetas, más un 10% extra por la importancia que tiene en nuestra manera de ser en relación a otros planetas que no impactan tan fuertemente en nuestro carácter.

Existen 5 planetas llamados personales, que se llaman así porque marcan especialmente nuestra personalidad (Sol, Luna, Mercurio, Venus y Marte).

Si eres Sol en Aries, pero tienes el resto de planetas personales en el signo de Piscis, está claro que serás más Piscis (sensible, indeciso, introspectivo), que Aries (decidido, impositivo y emprendedor).

Es decir que, como en todo, en astrología no sirven las generalizaciones del estilo: “Los Aries se comen el mundo” o “Los Piscis son hipersensibles y viven en su mundo de fantasía”.

La astrología psicológica estudia la PROPORCIÓN de distintas tendencias y energías presentes en la Carta de un individuo.

La Carta natal (o Carta astral), es como una partitura: solamente tiene sentido en su conjunto, y no interpretando las notas de forma aislada.

El trabajo del astrólogo consiste precisamente en realizar una síntesis adecuada y comprensible de esa información.

Y además, por supuesto, tú eres mucho más que el mapa de tu Carta natal.

Así que, cuando oigas o leas frases del estilo: “Querido Aries, esta semana te va a pasar esto y aquello…..” ¡Mejor tápate los ojos o los oídos, o los dos a la vez!

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¿Te gustaría entender tu Carta natal?

Me gustaría explicarte  por qué considero que acudir a una consulta astrológica constituye un verdadero acto terapéutico.

  1. Te sientes escuchada y acompañada: con independencia de la técnica utilizada, la labor terapéutica se consigue por el mero hecho de sentirte escuchada de manera objetiva y honesta. Esto es, que alguien te escuche sin juzgarte y con la voluntad de ayudarte.
    Por ello es tan importante acudir a un astrólogo de carne y hueso y no a webs de astrología que escupen informes impersonales. Aunque aportan información, ésta siempre es fragmentada, contradictoria, sin trabajo de síntesis, y por supuesto sin un intercambio entre el astrólogo y el consultante.
  2. Ayuda : otra parte esencial de cualquier terapia es que sientas que el terapeuta te está ayudando y que la técnica que utiliza es útil para ti.
    La astrología es de gran ayuda porque aporta información esencial: revela tus luces y sombras, explica tus capacidades y bloqueos, y ayuda a entender qué momento de la vida estás atravesando y cuál es la mejor manera de sacarle partido según tus características personales.
  3. Sales distinta a como entraste: el tercer requisito para que una técnica pueda considerarse terapéutica es que salgas de la sesión con la sensación de haber aprendido algo o de haber tu percepción en algún sentido.
    De alguna manera tienes que sentirte diferente a cuando entraste a la consulta, notar que algo ha cambiado en ti.
    La astrología cumple igualmente con este requisito puesto que amplía conciencias y abre ventanas a nuevas lecturas sobre tu vida y sobre tu momento actual.
  4. Seguimiento en el tiempo:
    En general, las terapias se prolongan varias sesiones porque implican un seguimiento para comprobar la evolución del síntoma o problema.
    Con la astrología también es posible hacer una seguimiento de tu evolución, normalmente, con el estudio de la «revolución solar» o Carta del año. Tu año astrológico va de la fecha de tu cumpleaños al cumpleaños siguiente

En mi caso particular, también doy la opción de complementar la sesión astrológica con otras herramientas de acompañamiento como el coaching o las Cartas asociativas OH.

 

¿Quieres conocer en profundidad tu Carta natal?

La astrología distingue cuatro energías muy distintas entre sí: Fuego (Aries, Leo y Sagitario), Tierra (Tauro, Virgo y Capricornio) Aire (Géminis, Libra y Acuario) y Agua (Cáncer, Escorpio y Piscis).

Estas energías son el material del que estamos hechos. Son tipos de inteligencias. Fuego (intuición, acción); Tierra (percepción, materialización); Aire (intelecto, comunicación); Agua (emoción, imaginación)

Las energías llamadas femeninas corresponden a los signos de Tierra y de Agua. Son energías receptivas y reservadas (YIN, en medicina china).

En contraposición, encontramos las energías masculinas de los signos de Fuego y Aire, que son energías YANG, orientadas a la acción y a producir un impacto visible en el mundo exterior.

Estudiar el porcentaje de energías femeninas y masculinas en la carta natal de un individuo nos permite deducir el nivel de proactividad de la persona y, en general, su manera de estar en el mundo.

Las energías masculinas son más nerviosas, activas y dominantes.

Las energías femeninas son más tranquilas, receptivas y pasivas.

Lo ideal es tener en nuestra Carta un poco de cada una de las cuatro energías, pero es habitual encontrarse con cartas de personas que carecen de una de estas energías básicas o tienen una en exceso. Esta característica implica siempre un desequilibrio del que la persona no siempre es consciente.

¿Qué implica tener exceso o defecto de una determinada energía en nuestra Carta natal?

Agua

Si andamos escasos de este elemento, (emoción y sensibilidad), nos costará entender nuestras emociones y las de los demás. Si no sabemos que carecemos de este elemento en nuestro mapa vital, difícilmente tomaremos consciencia de la importancia de conectar con nosotros y con los demás a nivel más auténtico y profundo.

Si nos sobra Agua, seremos imaginativos y sensibles, pero también impresionables, susceptibles y miedosos frente a los desafíos o las novedades. Llevar esta tendencia a la consciencia puede hacer que la persona se empodere y supere miedos si así lo desea.

Fuego

Si no disponemos de Fuego (energía y confianza en la vida y en nuestras capacidades), tendremos poca energía y mala regulación de la temperatura corporal. El estado de ánimo será más realista tirando a pesimista. La escasez del elemento. La ausencia de Fuego puede compensarse con una alimentación YANG (carne, picante, especias, alimentos cocinados) y mediante la práctica regular de ejercicio.

Si, en cambio, nos sobra Fuego, podemos llegar a ser demasiado activos e impulsivos, impositivos o agresivos con tal de conseguir nuestros objetivos o intereses, con el consiguiente choque con los demás.

Tierra

Si lo que nos falta es Tierra (sentido común, pragmatismo, estabilidad), nos costará obtener resultados tangibles y sentido práctico. Seremos más desorganizados o inestables. El consejo para estas personas sería acostumbrarse a ciertas rutinas para no dispersarse y establecer planes de acción planificados y estructurados para obtener lo que se propongan. También es interesante todo lo que tenga que ver con el contacto con el elemento tierra: paseos por la montaña, trabajo con barro, consciencia corporal a través de los masajes, del yoga o el reiki, por ejemplo.

Cuando tenemos en nuestro mapa mucha Tierra, podemos perder perspectiva y visión general y ser estrechos de miras. El mundo laboral y práctico puede llegar a ser lo único importante para nosotros, con el consiguiente empobrecimiento vital.

Aire

Carecer de Aire (facilidad para el estudio y para la comunicación, sentido relacional, adaptabilidad), suele traducirse en falta de flexibilidad y de dificultad para conectar con los demás, con la consiguiente tendencia al aislamiento.

Si hay un exceso de Aire, existe peligro de desgaste nervioso. También puede dar tendencia a acumular datos en vez de emociones.

De todas formas, hay que estudiar la Carta natal en su conjunto, ya que la ausencia o exceso de una de las cuatro energías básicas pueden verse compensada por otros elementos, como son el énfasis de planetas en ciertas Casas (sectores) o el tipo de aspectos entre planetas.

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Mi visión desde la Astrología

Me llama la atención la insistencia con la que algunos se empeñan en desautorizar a la astrología, argumentando que de ninguna manera el destino puede estar escrito, ya que ello implicaría que no somos libres.

Mi primera reflexión al oir esto, es que tener un determinado destino es inevitable para todos los seres vivos y que ello no implica no ser libre ni carecer de libre albedrío, sino ejercer la libertad dentro de un marco determinado de acción.

O lo que es lo mismo: destino y libre albedrío son compatibles.

El koala nace koala, y ejerce su libertad dentro de sus posibilidades como koala. Sería absurdo y una pérdida de tiempo que se pasase la vida lamentándose por no haber nacido león.

No somos libres radicalmente, y no pasa nada.

Nadie lo es del todo. Yo no he escogido, (de forma consciente al menos), mi cuerpo, ni el siglo en el que he nacido, ni mi país, ni mi familia, y sin embargo, me siento libre de ser quien soy. Esta vida me propone ser quien soy en Barcelona en el siglo XXI, y yo me siento libre dentro de ese contexto que me ha tocado vivir.

La libertad es una sensación, más que una realidad.

Y a más conocimiento, más libertad. Lo dice la física cuántica, el Budismo y el sentido común.

Un guía de montaña es más libre en la montaña que un paseante cualquiera porque conoce las técnicas, el material y el terreno, por lo que tendrá más opciones para escoger dónde va y de qué manera.

Si nos vamos al ámbito de la astrología psicológica y predictiva, estamos en las mismas: el astrólogo te va a ofrecer más conocimiento acerca de ti mismo y de lo que la vida te plantea como posibilidades y retos, y con esa información, tú vas a poder elegir. ¿Y qué es la libertad sino la capacidad de elección?

Un símil que se me ocurre es que el destino sería como la genética de una persona, y el libre albedrío su estilo de vida. El astrólogo habla de tu “genética”, de lo que traes a esta vida desde el punto de vista astrológico. Tu libertad consiste en aplicar tu impronta personal y tu voluntad a esas tendencias. Michael Phelps tiene sin duda un físico idóneo para la natación, pero si no se hubiese dejado la piel entrenando, no hubiese obtenido 28 medallas olímpicas.

También se puede estudiar mediante la astrología las probabilidades de que a una persona le toque la lotería. La libertad consiste aquí en que la persona decida jugar o no jugar, y también, si le toca, en cómo decida gastar ese dinero.

El astrólogo proporciona información sobre patrones, posibilidades y encrucijadas de la vida. Eso sería tu destino. El libre albedrío es tu capacidad para evolucionar e incorporar las lecciones de vida de forma madura y consciente y en coherencia con tu esencia, con lo que eres.

Las personas, por lo tanto, somos co-creadoras de nuestro destino. Destino y libre albedrío van de la mano y se influyen mutuamente.

Se trata de aceptarlo e integrarlo de forma constructiva y de asumir nuestra parte de responsabilidad en el proceso.

@lorenamasastrologia

 

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