La Luna en tu Carta Natal: madre, infancia, emoción y nutrición

El Sol, la Luna y el Ascendente son los puntos esenciales de una Carta natal.

El Sol es tu motor consciente, aquello que necesitas respetar para sentirte bien contigo mismo; el Ascendente explica de qué manera llevas a cabo el propósito de tu Sol, cuál es tu particular manera de ir por el mundo y cuál es la primera impresión que los demás se llevan de ti.

Aquí hablaremos de la Luna, que nos aporta mucha información sobre nuestra parte más íntima y emocional.

MADRE Y EMOCIÓN: El arquetipo lunar en la Carta nos habla, en primer lugar, de cómo es nuestra madre. Como la madre nos influye enormemente a nivel emocional, existe una estrecha relación entre qué tipo de madre hemos tenido y qué necesitamos para sentirnos “alimentados” a nivel íntimo, y cómo nos manejamos con las emociones y los sentimientos.

ALIMENTACIÓN: Dado que la madre es también la que nos nutre, nuestra Luna nos habla de nuestra relación con la alimentación.

Si se encuentra mal aspectada, suele indicar la presencia de trastornos alimenticios: anorexia, bulimia, o, a un nivel menos patológico, problemas relacionados con el aparato digestivo: digestión difícil o lenta, dolor de estómago por nervios, úlceras, etc.

Esto es particularmente cierto si están implicadas las Casas II (alimentación) y VI (salud).

INFANCIA: Por último, como la Luna es nuestra madre y la madre está íntimamente relacionada con nuestra infancia, analizar nuestra Luna es también entender qué tipo de infancia tuvimos: alegre, triste, con responsabilidades, con tensiones, etc…

Veamos a continuación qué información podemos obtener de la posición por signo de nuestra Luna natal, en relación a cómo percibimos a nuestra madre (especialmente durante nuestra infancia), y a nuestras tendencias emocionales.

Hay que tener en cuenta que las características que explico a continuación son genéricas. Para un estudio personalizado,  hay que analizar todos los aspectos que recibe la Luna en tu Carta.

LUNA EN ARIES:

Nuestra madre era percibida como enérgica y activa, quizás estresada o fácilmente irritable.

Con esta Luna seremos activos, impacientes e impulsivos, y es probable que la tendencia sea comer rápido y a ver la comida casi como un trámite.

El reto, con esta Luna, es aprender a relajarse y a ser pacientes con las personas que no son tan rápidas como nosotros.

LUNA EN TAURO:

Nuestra madre nos puso en contacto con la parte sensual de la vida: buena comida, dulces, masajes, velitas….También era más bien tranquila y pacífica y nosotros también seremos de hobbies más bien tranquilos y tenderemos a la estabilidad emocional (siempre y cuando la Luna no esté mal aspectada).

Con esta Luna existe la tendencia a ahogar las penas en la comida o en los placeres en general y a comer lentamente.

LUNA EN GÉMINIS:

Mamá es comunicativa, activa, inteligente y versátil. Le gusta estar al día de todo y obtener información a través de libros, tele, radio, o charlas con amigos y conocidos.

Como consecuencia de ello, nosotros también necesitaremos alimentarnos de estudios, datos y relaciones, con el riesgo de no sentir las emociones de forma profunda y de aburrirnos con facilidad si no estamos constantemente estimulados a nivel mental y social.

Nuestros interesen se dirigen a estar bien informados y a nutrirnos de relaciones.

LUNA EN CÁNCER:

Mamá era protectora, demostrativa y maternal y puede que algo victimista, no dejando la suficiente libertad a sus hijos.

Las personas con esta Luna necesitan mucha nutrición emocional y tienen también la necesidad y la capacidad de dar mucho cariño.

Cuando están tristes o preocupados, dejan de comer o comen mucho, por lo que la tendencia es a variar de peso. Son propensos a altibajos emocionales y a ser demasiado dependientes del cariño de otras personas.

LUNA EN LEO:

Mamá tenía algo de “estrellita”. O era muy guapa o tenía una personalidad especial y seductora. Desapercibida no pasaba, sin duda.

Las personas con esta Luna suelen haber sido tratados como reyes y reinas por sus padres y por lo tanto necesitan seguir sintiéndose admirados de adultos. Tienen una autoestima a prueba de bombas, son orgullosos y pueden fácilmente inspirar o liderar a otros.

A nivel digestivo les suele sentar todo bien.

LUNA EN VIRGO:

Mamá era eficiente, exigente, ordenada y algo maniática, pero no especialmente demostrativa a nivel afectivo.

Para estos nativos, el orden y el control son importantes y a nivel afectivo son cautelosos. Suelen infravalorarse y les gusta ayudar. El reto de esta Luna es no ser tan exigentes consigo mismos y con los demás.

A nivel digestivo son de comer poco y cuidan la calidad de su alimentación ya que les cuesta digerir comidas pesadas.

LUNA EN LIBRA:

Mamá era encantadora, equilibrada y agradable, o al menos, eso quería aparentar.

Las personas con esta Luna buscan la armonía, la belleza y el equilibrio en sus relaciones, no soportan los gritos y las peleas.

Optan por relaciones cordiales y amables porque se sienten más a salvo que con relaciones de alta intensidad emocional.

Desde el punto de vista de la alimentación, vigilan lo que comen porque les preocupa tener un buen aspecto, aunque seguramente estén más pendientes de si el restaurant es bonito que de la comida en sí.

 LUNA EN ESCORPIO:

Esta Luna tiene que ver con la intensidad emocional, por lo que probablemente mamá haya sido muy emocional, pasional e intensa;  también puede ser que en la niñez hayamos vivido experiencias potentes que nos hayan marcado.

Nuestra relación con nuestra madre será emocional y nosotros seremos muy intuitivos y sensibles, complejos e intensos, tendentes a los extremos (o me encantas o te odio).

Como es una Luna en Agua, la alimentación está muy ligada al factor emocional, por lo que en función del estado de ánimo, la forma de comer varía.

LUNA EN SAGITARIO:

Mamá fue muy viajada o de alguna manera, muy “vivida”, de mente abierta, y dispuesta a experimentar y a aprender.

Los nativos con esta Luna suelen ser entusiastas y expresivos. Necesitan estar siempre en movimiento y viviendo nuevas experiencias y estímulos para no aburrirse, ya que detestan la rutina. Les cuesta conectar con las emociones negativas.

En la alimentación les encanta probar cosas nuevas de cuantos más países mejor y prefieren comer fuera de casa.

LUNA EN CAPRICORNIO:

Mamá era eficiente, exigente y responsable, pero poco cariñosa.

En la infancia hubo más foco en las responsabilidades que en el juego y la diversión.

Los nativos con esta Luna son ambiciosos, responsables, serios y autosuficientes.

Les cuesta entender y procesar la emoción porque tienden a verla como una muestra de debilidad.

También les cuesta delegar o pedir ayuda.

En la alimentación son austeros, estilo “camello”: si no hay comida no se come, y si hay, se come mucho para aprovechar la ocasión.

LUNA EN ACUARIO:

Una madre poco convencional o avanzada a su tiempo. Activa e independiente. Más bien intelectual y no especialmente cariñosa.

Las personas con esta Luna son también originales en sus expresiones afectivas y bastante creativos en general.

Necesitan mucho contacto social para sentirse bien y suelen tener muchos amigos muy distintos entre sí que les estimulen intelectualmente.

En la cocina les gusta probar cosas nuevas e innovar.

LUNA EN PISCIS:

Mamá de alguna manera estuvo ausente o desdibujada, percibida como vulnerable o evasiva.

Los nativos con esta Luna son hipersensibles y suelen refugiarse en la fantasía, la espiritualidad o la creatividad para escapar de la “cruda realidad”.

Son espirituales, empáticos y a menudo muy dependientes y cambiantes a nivel afectivo.

Tienen tendencia a volverse adictos a determinados alimentos o sustancias que les permitan evadirse.

Para acabar, te recuerdo que este artículo es un análisis genérico de las Lunas y que lo ideal es estudiar las particularidades de cada Carta y de cada Luna para poder hacer un análisis completo.

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Indicadores de una infancia difícil en la carta natal

A parte de otras muchas cosas, nuestra Carta natal también nos aporta información valiosa sobre nuestros padres y nuestro hogar de origen.

Me dispongo a explicar en este artículo las distintas configuraciones en la Carta natal que indican una infancia difícil, dura o triste.

LA LUNA:

El planeta ligado a la infancia en astrología es la Luna.

La Luna también nos habla de nuestra madre.

Tener en la Carta natal la Luna en conjunción o en malos aspectos con Saturno, suele indicar una infancia triste, con sensación de aislamiento y falta de cariño. Es habitual, también, haber tenido que ser adulto antes de tiempo (Saturno representa al anciano y la Luna es la niñez).

En conjunción o mal aspecto con Marte, puede implicar una madre que percibimos como agresiva o invasiva.

Mal aspectada o conjunta a Neptuno, una madre ausente, que evade la realidad, y en el peor de los casos, que tiene alguna adicción.

La Luna conjunta o mal aspectada con Urano, puede indicar una madre excéntrica y, en el peor de los casos, con algún problema psicológico (Urano rige el sistema nervioso).

Si los aspectos se dan con Plutón, la madre tiene un fuerte carácter y la relación suele ser muy intensa y profunda, con un fuerte vínculo difícil de cortar.

EL SOL:

Si la Luna nos habla de nuestra madre, el Sol nos aporta información acerca de cómo el nativo percibe a su padre.

La interpretación del Sol con los planetas transpersonales y con Marte es la misma que la que podemos deducir con la Luna.

PLANETAS MALÉFICOS EN CASA IV:

Tener planetas maléficos en Casa IV (hogar de origen), siempre es indicativo de tensiones con los padres.

Si tenemos a Marte, el ambiente familiar es tenso, con gritos, discusiones y poca armonía. El sujeto siente que no puede relajarse.

Saturno suele dar un hogar frío y poco afectuoso, haber tenido que crecer antes de tiempo y no haber podido expresar las necesidades de nuesto interior. Como consecuencia da inseguridad, baja autoestima y tristeza como tendencias en la vida adulta.

Plutón en IV supone a menudo luchas de poder y un entorno convulso, con poca tranquilidad o con informaciones ocultas o secretas.

Neptuno puede indicar miedos o traumas derivados de algún comportamiento anómalo de los padres: adicciones, alcoholismo, depresión, etc.

Urano es esta posición es más benévolo (es un planeta neutro). Puede simplemente indicar condiciones pocos habituales en el hogar o un concepto poco convencional y moderno de la familia o la educación.

SOL Y LUNA EN LAS CASAS VIII O XII:

Si nos encontramos que el Sol (padre) o la Luna (madre) se hallan en la VIII o la XII, suele indicar que el padre o la madre han estado ausentes de alguna manera (no estaban nunca en casa o no nos hacían caso), o que han muerto a edad temprana (especialmente si reciben malos aspectos con planetas «maléficos», como Marte, Saturno, Neptuno y Plutón).

Esto también se aplica si los planetas regentes de las Casas de los progenitores (IV y X), están en la Casa VIII o la XII.

PLANETAS MALEFICOS EN CASA I:

Por último, puesto que el Ascendente indica el momento de nuestro nacimiento, tener a planetás maléficos en  la Casa I suele marcar nuestros inicios en la vida.

Marte en la Casa I representa al Guerrero, el que ha tenido que luchar desde muy pequeño.

Saturno: sería el Ermitaño, el anciano: el niño no puede ser niño, ha tenido que asumir responsabilidades desde la infancia.

Plutón: representa al Superviviente: suele dar experiencias intensas y difíciles en la niñez que hace que de adulto la persona siga estando a la defensiva.

Neptuno: si está mal aspectado puede dar sensación de extrañeza ante lo que se ve alrededor, y la tendencia a crearse un mundo paralelo de fantasía en el que poder refugiarse o aislarse.

Los aspectos comentados son indicadores. Siempre hay que analizar y considerar la Carta Natal como un conjunto y no precipitarse a la hora de sacar conclusiones.

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¿Qué estás viviendo y para qué?

Una de las cosas que más me gusta de practicar astrología es que te convierte en una persona más humilde.

Entiendes que formas parte de un reloj cósmico que tiene sus reglas y ciclos, y te rindes a la evidencia de que es mejor no luchar contra lo que es infinitamente más grande que tú, y por lo tanto, te supera.

Los planetas, al estar en constante movimiento, marcan periodos o tendencias en los que determinada energía va a estar más presente en cierta área de nuestra vida promoviendo cambios internos (psicológicos) y cambios externos (acontecimientos).

Este conocimiento resulta muy útil para entender qué estás viviendo y para qué lo estás viviendo.

Dentro de los movimientos planetarios (llamados tránsitos), existen los planetas que se desplazan muy lentamente (Plutón, Neptuno y Urano), los que se desplazan a velocidad media (Júpiter y Saturno), y los rápidos, que son el resto (Sol, Luna, Mercurio, Venus y Marte).

Los tránsitos planetarios generan tendencias en nuestra vida. Es probable, por ejemplo, notar un plus de madurez o de responsabilidad alrededor de los 28/29 años, por el efecto de Saturno, o un deseo de cambios y de mayor libertad alrededor de los 43/44 años, por Urano.

Parte esencial del trabajo del astrólogo es explicarte el efecto de estos movimientos planetarios con el fin de que entiendas este ciclo dentro del conjunto de tu vida y puedas afrontar esa influencia de la forma más constructiva posible.

Planetas Lentos: Plutón, Neptuno y Urano

Los planetas más lentos marcan cambios importantes en tu vida: cambios en la forma de pensar, de estilo de vida, de salud, en los afectos.

Puedes notar estos efectos durante un periodo largo de hasta dos años.

El paso de Plutón indica cambios internos profundos en la manera en la que estamos en el mundo y manejamos nuestro poder. Neptuno te ayudará a entender en qué área estás trascendiendo tus intereses o sintiendo caos, decepción o confusión, y el paso de Urano irá acompañado de cambios importantes en el área de tu vida por la que esté transitando.

Planetas Medios: Júpiter y Saturno

Estos dos planetas también dejan su sello durante varios meses.

Saturno implica restructuración o restricción en el sector por el que transite (afectos, trabajo, salud, etc) y Júpiter, lo contrario: expansión, suerte y excesos.

Planetas Rápidos: Marte, Venus, Mercurio, Sol, Luna

Los planetas rápidos sirven de “minutero” a los astrólogos, para poder ver cuándo es más probable que se activen los efectos de los planetas más lentos en nuestro mapa natal.

Nos permiten hacer lecturas anuales (revolución solar) y mensuales (revolución lunar), y afinar más la predicción de un acontecimiento.

Combinando estas informaciones podemos entender qué momento vital estamos atravesando y cuál es la mejor manera de enfocarlo.

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¿Quieres conocer en qué momento de tu vida te encuentras?

La astrología psicológica y predictiva constituye una poderosa herramienta que te permite conocer aspectos esenciales de tu personalidad, de tus habilidades, de tus bloqueos y de la influencia de tu entorno sobre ti.

Te habla del «por qué» de ciertos aspectos de tu vida y también del «para qué», de modo que es una manera fantástica de ampliar tu visión sobre tí mismo/a y comprender patrones de comportamiento.

Te permite también entender las etapas de tu vida y comprender en qué momento de tu vida te encuentras.

¿Qué puedes esperar conocer a través de una consulta astrológica?

Autoconocimiento y conocimiento de tu entorno

Aunque creas que ya te conoces, el lenguaje astrológico te proporciona una visión distinta y bastante amplia de tus energías, capacidades, potencial y carencias. Además, te puedes llevar sorpresas cuando tu carta natal te hable de habilidades que no eres consciente que posees porque la vida todavía no te ha invitado a que las utilices.

La astrología también sirve para ver de qué manera tu entorno más inmediato (familia, parejas, socios, hijos) interactúan contigo e influyen en tu vida.

Visión dinámica de tu vida

La vida son ciclos. A veces nos tocan etapas duras y otras veces nos sentimos bendecidos. El movimiento de los planetas proporciona una valiosa información para saber en qué momento de tu vida te encuentras y qué sentido tiene eso en el marco de tu vida.

La mayoría de las personas “sentamos cabeza” o tomamos importantes decisiones alrededor de los 28 años (por el retorno de Saturno a su posición natal), o nos da por hacer cambios importantes de dirección en su vida alrededor de los 42/44 años, por la influencia de Urano en oposición a nuestro Urano natal.

Esta parte dinámica de la astrología es la que permite realizar un estudio personalizado anual de tu vida llamado “revolución solar”, que empieza el día de tu cumpleaños, cuando el sol regresa a la posición que tenía cuando naciste, y dura un año, hasta tu siguiente cunpleaños.

Ayuda para la toma de decisiones

El lenguaje de los astros nos permite estudiar cuándo es la mejor época para cada cosa, o, en el caso de que te sientas perdido (no sé qué estudiar, no sé si mudarme o no, o si cambiar de país), examinar cuál sería la recomendación astrológica para estos temas.
Obviamente, la astrología no va a decidir por ti. Ese seguirá siendo trabajo tuyo, pero al menos tendrás más información para decidirte por una opción u otra.

Comprensión de la relación entre dos personas

Otra vertiente muy interesante de la astrología psicológica es la posibilidad de estudiar la compatibilidad de cartas entre personas distintas. Eso nos permite ver “de qué va” una determinada relación (madre/hijo; pareja o de socios de trabajo, empleado/jefe, etc) para entenderla mejor y ver cuáles son sus puntos de unión/conexión y también de desconexión/conflicto.

Sin embargo, y pese a su gran riqueza, desde mi punto de la vista la astrología sirve más como “diagnóstico”, que como “tratamiento”.

Un ejemplo podría ser que a nivel astrológico se observe una alta probabilidad de que te cambies de trabajo.

El astrólogo te informará de dicha posibilidad, pero si este cambio te genera ansiedad y el astrólogo no dispone de más herramientas que las astrológicas, no podrá acompañarte más Leer más

Una de las lecturas predictivas por excelencia en astrología consiste en la interpretación de la carta anual, denominada revolución solar.

Recibe este nombre porque la lectura se inicia cuando, desde la perspectiva de la Tierra, nuestro sol regresa a su posición natal, una vez completada su órbita/revolución de 365 días alrededor del sol. Si nuestro sol natal se halla a 2 grados del signo Tauro, cada vez que esté a 2 grados del signo Tauro se generará una nueva revolución solar susceptible de interpretación.

En la mayoría de los casos, la carta del año solamente se parece a nuestra carta natal en la posición del sol, que será la misma. Los demás factores interpretables, como el ascendente, los aspectos entre planetas y la ubicación de los mismos, suele ser distinta y por lo tanto da lugar a otro tipo de interpretaciones aplicables a ese año en concreto y que difieren de las de nuestra carta natal.

La carta del año es un muy buen indicador que nos puede servir para entender qué cabe esperar de nuestro año: si toca sembrar, si toca recoger, si tocan cambios, si habrá énfasis en la parte afectiva, en la emocional, en los viajes, en la salud, etc.

En la lectura de la carta anual se lleva a cabo una interpretación de todos los aspectos de nuestra vida, del mismo modo que se hace con nuestra carta natal, pero para un año en concreto.

Como el retorno solar coincide con nuestra fecha de nacimiento (a veces con un día de diferencia), es interesante acudir a un astrólogo para su interpretación en los meses cercanos a esa fecha, pues la lectura será de más utilidad para la persona.

Por otro lado, hay que tener en cuenta que la que manda es siempre nuestra carta natal, que es la hoja de ruta de nuestra vida. Es decir, que si en la carta del año se ve riesgo de separación pero en nuestra carta natal este aspecto se halla muy estable, la interpretación correcta sería apuntar a ciertos ajustes y discusiones con la pareja pero que no van a derivar en ruptura.

Además, la interpretación de la carta del año siempre se acompaña de la lectura del estado de los planetas en movimiento, (los llamados tránsitos planetarios), que afectan durante el año a nuestros planetas natales, y también de las llamadas progresiones, que indican cómo se siente la persona en función de los sucesos que acontecen en cada momento.

Combinando la interpretación de estas herramientas podemos tener una visión más global y ajustada de qué momento de la vida estamos viviendo y qué sentido tiene eso para nosotros.

También existe la revolución lunar, que sucede cada vez que la luna por tránsito se coloca en los mismos grados que nuestra luna natal. Esto se produce cada 28 o 29 días, y su importancia es menor que la revolución solar, aunque puede servir para afinar el factor tiempo en la interpretación anual.

 

¿Sientes curiosidad por saber qué dice tu revolución solar?